marzo 20, 2020

Hablemos de conexiones humanas

–Juan Pablo Navarro

Hace unas semanas escuché de una filósofa argentina, fundadora de la escuela pitagórica, mencionar el concepto de la mezcla: una masa unificada que conecta e integra a todos los seres vivientes y que, por tanto, no tiene división, ni fin. 

“La mezcla teje una red que sostiene al que se mezcla”

Algunos días después esas palabras resonaron en mis oídos el fundamento de la misión de Introspecta. 

El mundo sin duda está tejido de hilos invisibles que conectan a la planta, con la tierra y a ésta con los animales, el aire, el agua y el fuego. Los seres humanos estamos entretejidos y nos construimos con estos mismos hilos como parte de un propósito evolutivo que no hemos podido descubrir (y probablemente nunca lo haremos). 

Los seres humanos estamos diseñados para conectar y, aunque las redes sociales han logrado conectar nuestras ideas, éstas también han fallado en conectar a los seres que las idean.

Introspecta nace como un hilador, que busca hacer estos tejidos más fuertes; más evidentes. 

Frederic Laloux, Daniel Coyle, y muchos otros estudiosos del desarrollo en las organizaciones, han escrito acerca del poder de las historias en la construcción de la confianza y el tejido social; y es que espejearnos el uno en el otro se ha vuelto fundamental en la era en la información en exceso nubla las ideas e incuba un sentimiento general de desconfianza. 

Los seres humanos estamos diseñados para conectar y, aunque las redes sociales han logrado conectar nuestras ideas, éstas también han fallado en conectar a los seres que las idean. 

Bajar la pantalla y vernos a los ojos siempre ha tenido el mismo nivel de relevancia, sólo que ahora es cuando se ha vuelto más importante recordarlo. Es un principio básico de la comunicación, si tomamos en cuenta que al rededor del 60% de la misma no es verbal, pero también es un principio básico de humanidad. 

La confianza florece para aquél que ve; que se puede y se deja ver. 

Caminar se volvió sólo una excusa para tener las manos libres y los pies ocupados, se convirtió en el método que utilizamos para hilar esos tejidos, para conectar. Sin embargo, a lo largo de estos dos años, ha evolucionado de formas que nosotros tampoco sabíamos que tomaría. 

Hoy en día, utilizamos este mismo principio para llevar a las organizaciones diálogos regenerativos, que permitan construir una cultura a través de la confianza. Lo llevamos a instituciones educativas para reducir las barreras sociales y la brecha de desconocimiento ante el mundo laboral. 

Introspecta se ha vuelto un semillero de oportunidades para vernos a los ojos. En este blog encontrarán ideas propias y de personas que han caminado con nosotros, que están dispuestas a compartir un poco de su verdad. 

Al leer estas páginas con calma y apertura, advierto que es posible sentir el peso de los dedos de las personas que lo escribieron sobre el teclado. Hay que estar preparados para esa exposición. 

Espero que la experiencia se vuelva tan entusiasmante como lo es para nosotros. A esta misma filósofa, de nombre Amelia Ruiz, la escuché decir que cada ser humano tiene un cachito de verdad que a mí me falta y, siendo así, espero encuentres algo de la tuya.

2 respuestas

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Suscríbete

Boletín Introspecta