Empecé a escribir estas palabras después de una decepción amorosa, o una más al menos. La verdad no sabía bien ni a dónde quería llegar con esto y creo que aún no lo sé, pero si te quedas, me encantará que lo descubras conmigo.
Me gustaría comenzar contando un poco de mi historia. Las relaciones, sobre todo de pareja, me parecen un mundo tan complejo e interesante que en los últimos años me he dedicado a leer todo lo que pueda al respecto, me he cachado un sinfín de veces conectando con personas, sobre todo cuando compartimos el camino en alguna ruta, a través de conversaciones amorosas, discutiendo sobre relaciones abiertas, poliamorosas, tóxicas, el matrimonio, apps de citas o simplemente hablando de nuestras experiencias.
Para no hacerles el cuento largo, las relaciones amorosas han sido un eje fundamental durante toda mi vida, empezando por crecer viendo que mis papás eran casi la única pareja adulta (que yo conocía) que seguía tomándose de la mano todos los días.
Básicamente vivía en una película de Disney con lo que yo creía que era un “felices por siempre” y si ellos lo tenían, ¿por qué no iba yo a tener a mi príncipe azul? ¿cómo no iba a comparar cada relación que tenía con el cuento de hadas que yo veía en mi casa? Obviamente a lo largo de los años he podido ver todos los matices de la relación de mis papás y dista mucho de ser perfecta, sin embargo, me encanta que se sigan eligiendo día con día.
Así que ahí tienen el primer punto, ¿cómo construir una relación verdadera cuando yo quería una de cuento? Bueno, la cosa apenas empieza a ponerse interesante. Los que me conocen ahora creerán que es casi imposible lo que estoy por contarles, pero a los 21 años estaba lista para quedarme para “siempre” en una relación donde lloraba un día sí y el otro también.
No estaba ni cerca de descubrir quien realmente soy, lo único que sabía o más bien me convencí de creer era que si no me casaba con él, nadie más me iba a amar. Acepté el amor que creí merecer, un amor celoso, un amor a gritos, de peleas diarias, de momentos de éxtasis y momentos de terror. Dentro de mí, sabía que no debía estar ahí pero me quedé por miedo, miedo a estar sola.
Se preguntarán cómo es que logré terminar la relación y como siempre lo cuento, yo no me salí, me sacaron. Una de esas personas que llega a tu vida con una misión y después se va. Me di cuenta de que esa clase de amor no era la única a la que podía aspirar, que había alguien más que quería cuidarme, que veía por mí, que quería conocer cada centímetro de mi, tanto lo bueno pero sobre todo lo malo.
Y así, salté de una relación a otra, que obviamente tampoco funcionó, por más que esta persona intentó amarme bonito, yo no fui capaz de aceptar ese amor, seguía buscando la adrenalina de las peleas, el sexo de reconciliación y la montaña rusa de emociones.
Una vez más sentí que no merecía algo más que eso. Y aunque suene lo más cliché del mundo, fue la primera vez que entendí que a veces el amor no es suficiente. No quiero pintar a malos y buenos en esta historia, hoy realmente veo a estas dos personas como los más grandes maestros de mi vida, hasta ahora al menos.
A partir de esa ruptura decidí irme de intercambio sola a Buenos Aires, por ahí escribí sobre esa primera experiencia de viajar sola por si quieren darse una vuelta. Pero volviendo al punto, fue entonces cuando mi vida dio un giro de 360º, empecé a descubrir quién realmente era Alexa, dejé las etiquetas que había ido coleccionando con los años a 7,000 km de distancia y tuve la oportunidad de empezar de cero. Obviamente me di de trancazos durante estos seis meses y la cagué un chorro de veces, pero al menos estaba siendo yo.
Tuve un par de relaciones más a partir de ahí y en la última “formal” (ya hace más de tres años) me di cuenta de que no necesitaba estar con alguien para sentirme bien, y eso que estaba con una persona increíble en una relación por primera vez sana y bonita.
Pero sabía que tenía que trabajar en mí, que tenía que aprender a disfrutarme y comencé una relación conmigo muy distinta. A partir de ahí salí, conocí, besé, bailé, viajé, volví a salir, me ilusioné, me desilusioné, abrí bumble, lo cerré, volví a abrirlo, creo que en general viví y disfruté la soltería como nunca creí, hasta una relación abierta intenté y quien sabe, quizás es para mi o quizás no, aún no lo sé.
Lo que si sé es que después de casi cuatro años de no tener pareja, me acomodé muy bien sola y cuando me di cuenta de que ya quería compartir(me) con alguien, más allá de un par de salidas y sexo casual, no fue tan fácil.
Me compré esta idea de la soltera rebelde, que nunca tiene nada serio, que siempre acaba saliendo con el mismo tipo de hombres no disponibles emocionalmente, al parecer me encanta este término porque una y otra vez los sigo eligiendo, antes segura de que no quería una relación así que parecía coherente, ahora por no saber cómo salir de ahí.
Y sin darme cuenta, empecé a aceptar otra vez el amor que creía que merecía una persona que no es capaz de tener relaciones duraderas, empecé a creer que sólo merecía que me quisieran para tener sexo casual, para invitarme a su departamento pero no a cenar o por un café, para tener conversaciones divertidas y ligeras, pero nunca profundizar.
Me he cachado cuestionando si es que soy “relationship material”, si alguien me querrá con todas mis locuras, con mi intensidad, con mi pasión por las cosas, con que a veces me gusta más hacer cosas “de hombres” que de “mujeres”, con lo goofy que puedo llegar a ser, con todas estas partes que me esforcé tanto por amar sobre mi y que de repente me dieron ganas de ocultar.
Me empecé a cuestionar si debía portarme como la cabrona que no soy, como la que se hace la cool y no dice lo que siente por miedo a parecer intensa, como la que le entra a jueguitos de “estire y afloje”. Hasta llegué a pensar que se trataba de cómo me veía, de mi cuerpo, empecé a comer por pura ansiedad y después a culparme por haber comido tanto, entré en un ciclo vicioso horrible, hasta me puse en situaciones en las que no quería estar y que como todo en la vida, esas decisiones trajeron consecuencias muy fuertes en mi vida, con las que sigo aprendiendo a lidiar día con día.
Realmente pensé que había algo mal en mi y que por eso no querían una relación seria conmigo, con compromiso, con ganas de construir algo juntos, de amar en todo el sentido de la palabra, de aceptar las virtudes pero sobre todo los defectos de la otra persona, de tener un plan en común, de querer compartirnos con el otro, de buscar que la otra persona sea la mejor versión de sí, de crecer juntos.
De verdad que mi intención no es culpar a los hombres con los que he salido de ser unos cabrones, al final yo los elegí y lo que estaba proyectando era eso. Normalmente aquí sería cuando me súper juzgo y me digo que la única culpable soy yo. Pero creo que viéndome con más compasión, simplemente no he sabido salir de ese rol en el que llevo tanto tiempo.
Y no fue hasta que, una persona con la que salí brevemente me dijo que “era demasiado rara”. No saben cuánto me ofendí, sentí una vez más que no podía permitirme mostrarme como era porque no iban a quererme y de repente me volteé a ver al espejo y por primera vez en un rato, dije “si no puedo ser yo al 100%, aquí definitivamente no quiero estar” y entonces caí en cuenta de que merezco mucho más, porque soy mucho más.
Para los que han llegado hasta aquí, gracias. Gracias por acompañarme en este camino de construcción y deconstrucción, espero que algo de lo que leíste en estas líneas se te quede cuando sientas que mereces menos de lo que eres. E incluso si no llegaste al final de este texto, o si ni siquiera lo empezaste, gracias. porque más que para ti fue para mí, para recordarme que lo más importante es serme fiel y creer en mi luz. Hoy puedo decir que la siguiente persona que elija va a tener una suerte tremenda porque la verdad, que gozada tenerme como pareja.
–Alexa Cándano
8 Responses
Me sentí en cada palabra y te agradezco por tener el valor de expresar y compartir tu experiencia, me has dado un impulso más, de esos “ya casi, tu puedes, estás en el proceso” para seguir en mi camino de amor interno y externo en esta vida porque conocer las experiencias de otros nos hace sentir menos solos en el sentido de “pues realmente todos nos estamos buscando a nosotros mismos y eso está bien(: “
Dani! gracias por leerme, pero sobre todo por verte en mis palabras. Creo que muchas veces pensamos que estamos solos con lo que sentimos, que nadie más se siente igual, que nadie más entendería lo que pasa por nuestras cabezas y de repente cuando nos permitimos expresarlo, podemos observar que en algún lugar hay alguien (seguramente mucho más cerca de lo que pensábamos) que está pasando o ha pasado por lo mismo y es sumamente liberador y apapachador, así que gracias de verdad.
Hermana, muy orgullosa de ti. Qué bonito leerte.
Estoy segura (por el nivel de conciencia que tienes ahorita) que estás lista para tener una relación sana con alguien que te quiera igual que lo que te quieres hoy a ti misma. Y con alguien con quien cada parte de ti no se siente en duda de mostrarse tal cual es. Que ahora caminas sabiendo que la misma seguridad que tienes para ser 100% Alexa con tu pareja, la tienes para poder decidir irte de ahí en el momento que sientas que ya no tienes la libertad de ser eso que te encanta y te caracteriza.
Gracias por compartir conmigo tantas platicas sobre este tema.
Te quiero y te abrazo 🤍
Herrrrrmana, que rico leer tus palabras, sin duda esas pláticas que tuvimos hace casi un año ya, fueron el inicio de un despertar muy grande para mi, del cual han salido mil y una cosas que he ido aprendiendo, así que gracias, gracias por abrir mis ojos a algo que no sabía que estaba ahí y por acompañarme en este proceso. Te quiero y te admiro mucho 🙂
Alexa no tengo el gusto de haber caminado contigo, pero esta historia llegó justo en un momento en el que necesitaba leer estas palabras. Platicas una parte tan poco abierta o contada de cómo es salir de una relación, de intentar encontrarnos, perdernos, seguirnos encontrando, del camino tan difícil de ser uno mismo en una relación, de lo complicado que parece (y yo culpo a “estos tiempos donde uno ya no se relaciona, se compromete, se interesa por los demás o es empático”, suena a frase de abuelita jaja pero tengo 31 jaja). Pienso que es difícil creer que a veces eso que tanto no queremos lo estamos atrayendo, me pasó en una racha donde eran hombres no viables (por mil razones, edad, caminos y objetivos distintos) y ahora cómo justamente lo mencionas no disponibles emocionalmente y que difícil o increíble que aceptemos eso, que incluso lo justifiquemos y por el contrario nos culpemos a nosotras, a pensar qué hay algo mal, qué tal vez no somos suficiente. Cerrar estos ciclos es muy difícil pero creo que es una gran prueba de elegirnos a nosotras mismas, a querernos primero, reconocernos y valorarnos para que entonces dejemos de aceptar situaciones en las que no somos 100% auténticas! No se si sea idealizar “lo que es una relación” “el amar a alguien” pero definitivamente quiero que me elijan, así con mis virtudes y defectos, así con ganas de estar presentes, de caminar juntos pero separados jaja, de acompañarnos y crecer. Últimamente pienso que es sentir paz (ya no se trata, o no se si algún día se trató de adrenalina, emoción, sube y bajas, chispa) de ese equilibrio que tenemos que buscar también en nosotros mismos, porque no podemos ser “esa rebelde, rara, loca, independiente que le gusta la soledad y la disfruta, que hace locuras y es goofy y se prioriza” y también “esa que quiere compartir (se) con alguien, que quiere apostarle a una persona, que quiere comprometerse y crecer con alguien” entre lo “casual” y lo “formal” solo se trata de elegir lo que mejor nos acomode y lo que nos haga bien, de los dos y hacer nuestro propio mix.
Besos y gracias por compartir tu historia
Xime, me llena de lágrimas los ojos el que estas palabras te hayan llegado justo en el momento que necesitabas leerlas. Creo que como dices, el poder abrir estos espacios para contar TODO lo que viene con una relación, lo bonito, lo malo, los aprendizajes, la superación, el perderse y luego encontrarse y que eso esté bien, porque nadie es perfecto todo el tiempo, nadie está en el mejor punto de su vida siempre y aceptar eso y verlo con compasión nos hace simplemente más humanos. Gracias por compartir, me quedo con “elegirnos a nosotras mismas, a querernos primero, reconocernos y valorarnos para que entonces dejemos de aceptar situaciones en las que no somos 100% auténticas” como mantra para mis mañanas jaja y caminemos juntas pronto, me encantaría conocerte.
Hola Ale, gracias por compartir eso tan tuyo. Muchas veces la cagamos y nos culpamos a nosotros mismos, en lugar de agradecer el aprendizaje que obtuvimos. La relaciones en pareja son lo más increíble, pero a la vez, lo más complejo que hay.
Saludos!
Gracias a ti, por leerme, sin duda las relaciones humanas y sobre todo las de pareja son de lo más complejo que existe, pero también de lo más increíble, así que si, a seguir aprendiendo y creciendo. Un abrazo